31/12/2001


Termina otro año y quizás, nunca como ahora, haya quedado de manifiesto la incompetencia e inmoralidad de nuestra clase dirigente.

Hacen tan solo unos pocos días, antes del fallido intento por ubicar a Carlos Grosso en la nueva banda que se estaba formando para dirigir los destinos de nuestro país, el ahora expresidente Rodríguez Saá se mostraba seguro de si mismo y muy optimista sobre el futuro de nuestro país.

Nunca entendimos dicho optimismo y los hechos nos demuestran que no estábamos equivocados.

Pasado la nueva protesta popular, el optimista Rodríguez Saá ha renunciado y quiere convencernos de que lo hace por las presiones de algunos grupos de poder que quieren seguir manteniendo sus ganancias y privilegios.

Sin embargo, no nombró a ninguno de esos grupos, como tampoco lo hizo Cavallo cuando nos quería asustar con los fondos "buitres" que atentaban contra nuestra economía.

Los únicos buitres, conocidos al menos, son la inmensa mayoría de nuestros políticos y los integrantes de nuestros tres poderes: Judicial, Legislativo y Ejecutivo.

Hoy se fue Rodríguez Saá y lo siguió Ramón Puertas; ambos en su momento criticaron duramente la renuncia de Carlos "Chacho" Álvarez.

¿Es más ética la renuncia de Rodríguez Saá y de la de Puertas que la de Álvarez?

¿Por qué ambos hicieron lo mismo que hasta ayer criticaban tan duramente?

Creemos que la respuesta es simple: es sabido desde tiempos remotos que las ratas son las primeras en abandonar el barco cuando se hunde.

Nuestro país se está hundiendo y estamos empezando a ver cómo las ratas tratan de salvarse.

Sin embargo, a pesar de todo lo que ha pasado, debemos rescatar que el pueblo llegó al hartazgo.

El pueblo se cansó de tantos ladrones y de años de indiferencia ante los ladrones.

Creemos que eso, a pesar de las difíciles circunstancias vividas y de las que vendrán, permite mantener una pequeña esperanza de un país mejor.

Como en los últimos días, dependerá de nosotros que pueda ser realidad.

Si el próximo futuro presidente fuese otro ladrón hagámosle saber, antes de que asuma, que se acabó la época de robar y que ha empezado la de trabajar por nuestro país.

El Gallego Soto

Webmaster de la Jabonería de Vieytes


Corruptos

 

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